Ninguna lucha individual o colectiva, por más genuina que sea, persevera en el tiempo si al mismo tiempo sus integrantes no le apuestan al cultivo de la dimensión mística y a los fundamentos y horizontes éticos en y para la apuesta de cambios estructurales.
Las transformaciones estructurales jurídico político, como plantea CODECA para Guatemala, al ser apuestas de largo plazo, requieren que sus agentes impulsores estén conscientes y convencidos que la perseverancia en la esperanza no sólo es cuestión de “tiempo”, sino también implica necesariamente cambios de actitudes y de sentipensamientos en lo cotidiano. Y todo ello, a nivel individual y comunitario, requiere de una fuerza motora interior en cada quien que mantenga como fuego constante viva a la “locomotora” de la apuesta y de la esperanza por las transformaciones estructurales.
En este sentido, CODECA al estar integrado por familias y comunidades cultural y religiosamente cristianas, le apostamos a releer nuestras luchas con “corazones y ojos” de fe de liberación cristiana, y exponer las mismas con lenguaje teológico de liberación plurinacional con la finalidad de que las propuestas de transformaciones estructurales sean comprendidas y asumidas como compromisos individuales y colectivos en y desde lo cotidiano, desde “ahora”, por todas y todos quienes emprendemos dicho camino.
En esta apuesta de releer nuestros procesos de luchas en y desde las comunidades en resistencia, articulados en el movimiento CODECA, organizamos y realizamos nuestro primer momento de reflexión colectiva para la acción transformadora denominado: Teología Política, decolonialidad, plurinacionalidad y buen vivir. Dicho encuentro se llevó acabo en el Municipio de Santo Domingo, Departamento de Suchitepequez, los días 11 y 12 de diciembre pasado. Además, de otras actividades similares en Petén, Alta Verapaz y Guatemala ciudad.
Teología decolonial, el buen vivir y reino de Dios, la plurinacionalidad y la voluntad de liberación divina, fueron algunos de los temas que abordamos con la facilitación de teólogos y teólogas (católicos y protestantes) provenientes de Argentina, Perú, México, Guatemala y los EEUU.
Entre las conclusiones generales que se reiteraron en los encuentros están: “Las comunidades y pueblos originarios o no que luchamos en defensa de nuestros territorios y por la construcción de nuevos ordenamientos jurídicos y políticos en los países bicentenarios (por estados plurinacionales) somos cristianos culturales y/o espirituales. Por tanto, el aproximarnos a nuestras historias de lucha con ojos y corazones de fe (para auto explicarnos nuestras esperanzas de cambio y renovar nuestros compromisos) necesitamos recurrir a la teología de la esperanza o teología de la liberación plurinacional, así como a los sentipensamientos de nuestras espiritualidades ancestrales”